Medellín, la ciudad de la silicona       


Las cirugías cosméticas aumentan día a día en Medellín. El número de cirugías estéticas que hombres y mujeres se realizan a diario en la ciudad están haciendo que Medellín tenga un nuevo apelativo: la ciudad plástica.

Medellín, tierra de flores, mujeres bonitas, gente berraca y pujante, bandejas paisas, frijoles y mazamorra, arrieros, ponchos y carrieles, parques de luces, pies descalzos y deseos; Metro y mucho más.


Medellín, ciudad de la eterna primavera; Medellín, ciudad de las flores; Medellín, capital de la moda... Medellín ciudad plástica... Medellín, ciudad de la silicona.

Triste pero cierto, desconcertante pero real. Las cirugías plásticas hacen parte del menú del día de los medellinenses, y están creciendo tanto y tan rápido como la población del mundo.

Basta con salir a la zona rosa, ir al Parque Lleras, entrar a una discoteca, caminar por un centro comercial o simplemente montarse al Metro. En cualquiera de las direcciones que se mire se podría encontrar a una persona que se haya realizado algún procedimiento quirúrgico estético.

Liposucciones, rinoplastias, mamoplastia, blefaroplastia, o abdominoplastia; términos cada vez más comunes entre hombres y mujeres que acuden sin miedo a un quirófano.

Aunque no existen estudios oficiales o cifras precisas de cada clínica de la ciudad, los cálculos indican que en cada centro reconocido y autorizado se pueden llevar a cabo un promedio de 10 a 15 cirugías estéticas por día.

Eso sin contar que hay periodos del año, como vacaciones de mitad y final de año, Semana Santa y algunos puentes festivos, donde aumentan las solicitudes para dichos procedimientos.

Tras estos números Medellín, Bogotá y Cali se ubican como las tras ciudades del país donde más cirugías plásticas estéticas se realizan, ganándose el apelativo de "ciudades plásticas".

Sin embargo para Federico Ramírez Zuluaga, miembro de la junta de la Corporación de Cirujanos Plásticos de Antioquia, la ciudad no debe ser considerada así.

"Más bien debemos pensar que hacemos parte de la cultura occidental en la cual, nos preocupa cada vez más el tema del envejecimiento, la obesidad, nuestro estado físico, mental y la apariencia de nuestros cuerpos. De acuerdo a esta percepción siempre estaremos en procura del mejoramiento de nuestra calidad de vida, y en muchas ocasiones esto implica la realización de procedimientos estéticos", aseguró el médico cirujano.

Retoca, aumenta, estira.

Aunque dentro del mundo de la cirugía plástica se encuentra también la cirugía reconstructiva, maxilofacial y cirugía de mano, son procedimientos con un porcentaje mucho menor, que están dedicados a la población susceptible de requerir algún procedimiento por cuestiones de salud.

El resto es estética, moda, apariencia y comodidad consigo mismo.

Los expertos consideran que en orden decreciente las cirugías estéticas más solicitadas en Medellín son liposucción, implantes mamarios, abdominoplastia, y cirugías de la cara como blefaroplastia, rinoplastia, ritidoplastia, cervicoplastia y cirugía de mejillas.

Pero cada una tiene un público por excelencia dependiendo de la edad. Por ejemplo, las liposucciones ganan entre las personas de 20 a 40 años; los implantes mamarios en mujeres desde los 17 hasta los 40; la cirugía de nariz o rinoplastia de 20 a 40 años; los hombres y mujeres mayores de 40 son los principales pacientes para una ritidoplastia o estiramiento de facial, las mujeres mayores de 40 solicitan una mastopexia o ascenso de senos; y después de los 50 acuden por cirugías de párpados.

Y entonces ¿Es o no es Medellín una ciudad de cirugías plásticas silicona?

Medios Vs. Sociedad

Intentando encontrar culpables los medios de comunicación han sido señalados como los principales promotores de ciertos prototipos o modelos a seguir para ser perfecto y encajar en la sociedad. Y ahora empiezan a pagar los patos por la imagen que Medellín ha ganado de "siliconuda".

Las agencias de modelos también "pagan el pato" como se dice de manera coloquial, por promover carreras de mujeres que se han hecho cirugías y mostrar una serie de cuerpos voluptuosos como ideales que, por demás, para muchas mujeres son casi imposibles de alcanzar.

Para Yudy Álvarez, directora de la Agencia de Modelos Athenea, es esa cultura latina de curvas la que impulsa a las niñas a querer tener más y a no respetar el cuerpo que tienen. "Yo personalmente les tengo respeto a las cirugías cosméticas, porque así como pueden ayudarle a alguien que tenga un problema médico o aumentar su autoestima, también puede traer efectos negativos grandes, y generar traumas o tristezas en vez de alegrías".

"Aquí en la agencia no sugerimos cirugías, y antes aconsejamos que lo que se hagan sea porque lo necesitan y que sea realmente imperceptible. Por esto muchas veces nos vemos en la necesidad de rechazar niñas que se operaron exageradamente creyendo que entre más busto tuvieran o más respingada esté la nariz sería mejor; y no es así", agregó Álvarez.

Con o sin culpables la silicona se adueña poco a poco del cuerpo de las mujeres de Medellín mientras otras intentan vencer al tiempo y cortar sus efectos con un bisturí. Cultura, moda, negocio o simplemente gusto propio, las cirugías plásticas han crecido desde los años 80 de una manera arrolladora, y el aunque el futuro sea imposible de escribir, se le vaticina larga vida al bisturí, a la silicona y a todas las pequeñas reformas que buscan embellecer la naturaleza del ser humano.


Riesgos

Cirugías seguras

En el mundo se han realizado múltiples estudios para definir los riesgos posteriores a los procedimientos estéticos, especialmente de la liposucción. Las conclusiones grandes apuntan a que es un procedimiento seguro realizado bajo las mejores condiciones, entre las cuales están: la selección del cirujano plástico formado en una universidad conocida y avalada por los estamentos gubernamentales respectivos; la selección de una clínica que esté certificada en salud, y que cuente con los requisitos exigidos para el ejercicio de la anestesia y la cirugía plástica; la selección del paciente adecuado, que en la medida de lo posible no tenga factores de riesgo para enfermedades cardiopulmonares.

Gran parte de lo que las personas escuchan por algunos medios, acerca de complicaciones desencadenadas después de un procedimiento estético, es resultado de un trabajo realizado por personal no idóneo para ejecutar cirugías. De ahí la importancia de verificar la información de la hoja de vida del cirujano consultado ante la respectiva seccional de la Sociedad Colombiana de Cirujanos Plásticos.


TESTIMONIOS

"Yo estaba contenta conmigo, con mi cuerpo. Pero se dio la oportunidad de operarme primero la nariz con unas condiciones muy favorables porque el cirujano es amigo de mi mamá, así que me la arreglé y quedé muy contenta. Luego tuve el chance de realizarme los implantes, así que aproveché. Ahora están mucho más grandes y más bonitas, y se ven muy bien".

Dahiana, 22 años.


"Yo estuve toda mi vida traumatizada porque no tenía nada de busto, entonces era toda rara porque tenia cintura pequeña y nalgas grandes, pero sin nada por delante. Cuando me casé molesté a mi marido para que me regalara los implantes de silicona y como nunca tuve pues me puse unas bien grandes. Primero fue muy raro, pero ya me acostumbre, y ahora si me siento bien".

Natalia, 26 años


"Yo me operé el busto hace un par de años, y aumente cerca de dos tallas. Pero tuve problemas porque la recuperación no fue la indicada y los implantes se pusieron rígidos y la piel no quedó como debía quedar. Así que los removieron y los cambiaron por unos más pequeños. Igual, después del susto ya estoy bien y muy contenta".

Camila, 23 años


"Yo llevaba por ahí tres años con ganas de ponerme silicona, y el año pasado tomé la decisión, me metí en un préstamo en el banco, y me las puse sin dudarlo. Yo las quería grandes, que todo el mundo las mirara, y así quedaron, pero ahora estoy visitando de nuevo cirujanos porque las quiero agrandar aun más".

Johana, 23 años


"Mi familia es europea, del mediterráneo, así que yo herede la tan famosa nariz griega que siempre me traumatizó porque desde pequeña se burlaban de mí. Así que apenas cumplí los 18 me la operé, y aunque nunca había pensado en agrandar mi busto, pues aproveche y lo hice. Ahora me visto más llamativa y soy menos retraída, aunque en el fondo sigo siendo la misma niña tímida".

Valeria, 20 años

Fuente: Periódico EL MUNDO MEDELLIN
extraído de www.EstrellaEstereo.com