¡Nos descubrieron!
¿Y ahora?


Pícaros, con que fueron novios, ¿eh? Las voces del grupo pop del momento, Ale Sergi y Juliana Gattas, hablan: sobre su relación, su homenaje a Pimpinela, su estética gay, sus pequeños fans ,su futuro. ¿Y Lolo? Hace un solo para todos.



Hace cuatro años y medio, Miranda! agitaba Cemento, el ahora cerrado local de Omar Chabán, y la gente elegía aprovechar las ofertas momentáneas en la barra antes que bailar. De ese legendario tugurio oscuro pasaron al glamour vía autopista, sin detenerse siquiera a pagar peaje. “Ahora somos famosos”, tirará en algún momento Juliana Gattas, la "chica que canta". Y Ale Sergi, cantante y principal compositor, rememora: “En Cemento, prácticamente fue el germen de la banda. Hacíamos un varieté que organizaba Omar, estuvimos como dos años haciendo eso, y ya para lo último, formamos Miranda! con Lolo”. Y reivindica: “La realidad es que otra persona como Chabán, en ese aspecto, no hay. Un empresario que apoye grupos de esa manera”. Pero el crecimiento del fenómeno ya trascendió las fronteras de nuestro país y llegó a Chile. Y con fuerza. Demostrado quedó el miércoles 22 cuando se pusieron en el bolsillo al público (15.000 personas) del Festival de Viña del Mar y se llevaron la Antorcha de oro y la Gaviota de plata.

Sí, se hicieron desde el lugar germinal del rock, pero no por eso son aceptados dentro del ambiente rocker. Las burlas, no siempre con la mejor intención, bajan desde Kapanga, y su “es la guitarra del Cholo”, hasta Ricardo Iorio, el heavy más verborrágico. El ascenso desde el under fue vertiginoso, pero hubo resistencia. En su debut en el "Cosquín Rock", les tiraron piedras. En su última aparición allí, reconocen, la lluvia fue menor. Pero el parámetro fue el "Pilsen Rock" de Paraguay. Ahí, la gente llenaba vasos con barro y decidió hacer blanco con sus cabecitas.
Ale: “Se había caído Babasonicos y dijeron: ‘¿Qué tenés parecido a esto?’. Ahí fuimos. Subimos a tocar y salimos llenos de moretones”. No importa; el hit “Don” los plantó con el famoso "solo de Lolo" y ni el rumor de la supuesta muerte del guitarrista pudo parar la maquinaria. No todos sus fans saben que Juliana y Ale fueron pareja: tras una relación de año y medio a comienzo de esta década, hoy cada uno forma parte de una nueva y ella tiene una bebita, Juana. Pero se nota cuando actualizan ese espíritu Pimpinela y lo expresan con pulso de "pop ringtone". En sus dos discos (tienen uno más en vivo) -“Es mentira” (2002) y “Sin restricciones” (2004)-, se ponen el traje Migré. En “Tu juego” (02), Sergi le canta a Juli: “Ya no puedo soportarlo/ al fin me estás dejando/ quisiera irme antes de llorar”. Pero acá no son hermanos como Joaquín y Lucía Galán. Aunque el tema “Tiempo”, que Sergi canta con Gattas, sí está dedicado a la hermana de él. Qué confuso todo. Ahora, este quinteto que completan el bendito Lolo Fuentes, Bruno de Vicenti (programaciones) y Monoto (bajo) muestra las credenciales del pop más popular.

“Ay, dale un beso porque se muere muerta”, le dice una señora a Ale, en el trayecto del estudio de fotografía al bar elegido para la entrevista. Y sí, la nena apenas los vio, abrió los ojos y movió los bracitos como personaje de dibujo japonés. Pero, ojo, mamá los conocía bien. “Qué lindo que la madre le diga ‘dale, boluda’”, ironiza Ale, post chuik . Es que
Miranda! terminó resultando para toda la familia. Aunque a veces no lo parezca. ¿Cuánto tendría la nena? ¿Once, doce? “¡Yo le doy veintiuno!”, exagera Sergi.

-En una entrevista dijiste que no metías lenguaje barato en las letras, pero algunas canciones tienen un perfil zarpado.

A.S.: -Me parece que todo el mundo tiene algo zarpado.

-¿Incluso una nena de once?

A.S.: -Me parece que los nenes no entienden las letras. Se copan con la música y se les puede pegar alguna que otra palabra, pero en general… A mí me pasaba. Yo escuchaba Virus y al tiempo entendí las letras. Cuando las cantaba me llamaba la atención el ritmo.

J.G.: -Nosotros, de chicos, escuchábamos canciones de amor desgarrador como si nada. Después, sos grande y entendés. Creo que cuando sos chico la música pasa por otro lado, no sé si los chicos buscan identificarse con la letra al escucharla. Eso es más del adolescente o de gente más grande. El tema de la música para los chicos pasa enteramente por la diversión y la alegría que tiene la música y los videos que son graciosos.

-Pero los padres sí entienden.

J.G.: -A la madre que cruzamos parecía que le gustaba. Quedó medio patitiesa.

A.S.: -Sí, es verdad. Pero nunca tuvimos reacciones negativas.

-¿Nunca? ¿Nunca recibieron alguna carta de queja o algo así?

A.S.: -Nunca. Por ahí alguien que te dice: “Uy, mi hijo escucha esto” y qué sé yo. Como un chiste.

-Y eso que la letra de “El profe” dice: “Quiero tocarme y acabar en ti”…

A.S.: -Pero capaz que no se dan cuenta. ¡Qué sé yo! Supongo. ¡Quiero creer que un nenito no debe saber! Igual, me parece que está bueno, porque es una historia que, si bien es un poco zarpada, en algún momento van a llegar a eso. Por ejemplo “En mi garage” o “Luna de miel” de Virus. Yo no entendía nada, pero ahora escucho “En mi garage” y no lo puedo creer. Es tremenda.

J.G.: -¿Cuál es?

A.S.: -“Dando vueltas todo el tiempo por mi garage, necesito una herramienta en especial”. Es todo, y… ¡es re gay!

J.G.: -Ah… Nunca la entendí (risas).

-¿Cómo se llevan con el ridículo?

J.G.: -¡Bárbaro! ¿qué te parece?

-Que no les importa en absoluto.

A.S.: -Es una buena manera de complementar la diversión.

J.G.: -Es una barrera muy importante que hay que aprender a cruzar en la vida. Poder hacer el ridículo y seguir adelante. En el último Luna Park que hicimos, con escalinatas, yo tenía un miedo tremendo de caerme, hacer un papelón y que lo pasen por televisión, porque ya somos famosos. Pero aprendemos de Lolo. El otro día, en el escenario, se le rompió el pantalón.

A.S.: -¿Y en lo de Mirtha Legrand, que estaba con la bragueta baja? ¡Había una risa! Estábamos tocando y ‘Uy, tiene la bragueta baja’. Le quise decir y no me dio bola. La miro a Juli y digo: ‘Che Juli, Lolo tiene... Juajuajua’.

J.G.: -Pero seguimos cantando…

El año pasado, llevaron 12.000 personas de golpe al Luna Park, a sólo unos meses de haber reventado el Gran Rex. “¡Mi mamá tiene el afiche del Luna Park en la casa y a mí me da vergüenza! ¡Pobre mamá, que tiene una foto de nosotros vestidos como Reyes Magos!”, dice Sergi. Pero antes de meter hits radiales y enfundarse en pantalones de aluminio, no todo era glamour.
Juliana atendió en un negocio de accesorios en un shopping (aunque después cantó estándares de jazz junto a Sergi); Monoto fue director de arte en un estudio de diseño grafico y Lolo dejó su trabajo como aeromozo para subirse a los escenarios. Ale y Bruno sí estaban más relacionados con la música. El primero fue sonidista de The Beats, mientras de De Vincenti dio clases de programación hasta hace poco.

-Parte de la prensa pone la lupa en si son gays o no. ¿Existe un prejuicio con su estética?

J.G.: -Sí. Es porque los chicos se maquillan o porque Ale canta con falsete.

A.S.: -De algo te tienen que preguntar, y como salimos pintados en los videos...

J.G.: -Lo hacemos para llamar la atención, por eso nos preguntan.

-Es raro, porque hay temas que hablan de la relación de noviazgo que tenían ustedes dos, ¿no?

A.S.: -Sí, salíamos, pero eso ya quedó atrás hace mucho tiempo. Pero sí, en verdad, los dos discos hablan de una relación chico-chica en realidad.

-¿Miranda! va a pasar de moda?

A.S.: -Y… de moda va a pasar. Igual, a mí me parece que lo que hacemos es bastante clásico. Lo que pasa es que hay tanta pompa alrededor, que podés llegar a perder el objetivo de las cuestiones.

-“Don” tuvo un montón de difusión. ¿No tienen miedo de ser una banda de un solo tema?

A.S.: -Al contrario, vamos a aprovechar lo que nos de esta canción. Es mejor tener una canción conocida que no tener ninguna.