Por GUIDY MAMANN

El Toronto Star recientemente publicó una serie de tres especiales sobre consultores de inmigración inescrupulosos.

Aunque la publicación fue bien elaborada y sirvió para educar al público, ésta realmente no reveló nada que ya no fuera ampliamente conocido en los círculos de inmigración.

¿Utilizó el Toronto Star material estilo agente 007 para ahondar en sus evidencias de fraude y engaño?

¡No! Los periodistas comenzaron su investigación llamando al azar a consultores que se anuncian en las páginas amarillas y en periódicos étnicos. Los reporteros del Toronto Star se hicieron pasar como turistas en Canadá que querían quedarse aquí. Las pruebas de los fraudes y de los engaños surgieron así.

Un consultor describió su oferta para ayudar a inventar una historia de refugio como un proceso diario para nosotros. Nunca se dijeron palabras más ciertas. Entonces, ¿cómo se permite que esto pase?

Primero, enfrentemos la realidad. Los extranjeros, con o sin estatus, son vulnerables por muchas razones. Con frecuencia, ellos no hablan inglés y son de países donde la corrupción es común. Ellos depositan su confianza en personas que tienen oficinas con diplomas en las paredes. Ellos temen que una queja contra alguien aquí pueda poner en peligro sus posibilidades de inmigración. Finalmente, una vez que se dan cuenta que han sido engañados, son deportados y no tienen cómo quejarse.

Un ilegal que acude a la policía federal la RCMP tiene más posibilidades de ser entregado a las autoridades de inmigración para que sea expulsado antes que para servir de testigo en una investigación útil. De forma similar, el departamento de Inmigración muy posiblemente acusará a un extranjero de hacer falsos argumentos incluso si un inescrupuloso consultor lo lleva a eso. Entonces si los canadienses quieren ver que se persiga judicialmente a los que ejecutan fraudes en inmigración, no pueden simplemente contar las víctimas para que esto pase. En vez de eso, nuestras agencias de gobierno deben hacerse cargo.

Por ejemplo, la RCMP tiene que hacer sencillamente lo que el Toronto Star hizo, es decir, hacer unas cuantas llamadas y seguir las pistas. Mejor aún, ellos pueden pedir pistas a los mismos abogados litigantes como este servidor, que hemos estado durante mucho tiempo encargándonos de recomponer los casos y reconstruir las vidas destruidas por estos charlatanes. En poco tiempo habría pruebas suficientes para iniciar incontables judiciales.

Igualmente, Inmigración y la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos no deberían enfocarse solamente en tramitar las solicitudes y ejecutar las órdenes de deportación. Estas agencias deberían ponerse como tarea asegurarse que cualquier queja por fraude que reciban sea investigada exhaustivamente. Si no lo hacen así, simplemente están contribuyendo a la falta de confianza de la gente en su trabajo y están permitiendo que estos inescrupulosos consultores prosperen.

También, cuando el Consejo de Inmigración y Refugio reciba una solicitud de refugio que suene idéntica a otra no debería simplemente rechazarla basándose en su falta de credibilidad; también debería pedirle a la RCMP que investigue el caso para encontrar al autor del fraude.

Por ultimo, el Parlamento debe asignar suficientes recursos para lograr este objetivo. De lo contrario, esta buena muestra de periodismo investigativo habrá sido inútil.