Como en los concursos televisivos, aunque con apenas dos puertas como alternativa y una evidente pista para apuntar a la correcta, el Presidente de EE.UU, George W. Bush, protagonizó una jocosa escena ante periodistas que asistían a una conferencia en China.

Al interrumpir sorpresivamente el diálogo con la prensa en un salón de Pekin, por una pregunta que le molestó, tomó rumbo a una puerta ubicada a su costado derecho.

A la sorpresa por su intespestivo retiro se sumaron, segundos después, los gestos del mandatario norteamericano al encontrarse con que la puerta elegida estaba cerrada y así se mantuvo pese a sus esfuerzos.

En vano intentó abrirla hasta que un asistente le indicó la verdadera salida, que era exactamente el mismo punto por donde el titular de la Casa Blanca había ingresado al recinto.

"Estaba tratando de escapar, pero no ha funcionado", comentó el mandatario ante la risa de los reporteros que ya lanzaban las imágenes al mundo.