Dearest foroholics:

I got an email this week about some shady **** going down at Voces Latina Radio...the new "community" Radio...Read below and make ur own conclusions. I for one never liked the idea of a church running a community station. To top it all of I just picked up a copy of their newspaper, Primera Plana, and have come to my own conclusion that San Lorenzo is looking more and more like an advertising agency. This is wrong.

Please read through, ( I have the feeling that TH.com is gonna bann my IP after this...oh well)

Queridos compañeros/as: como para que no digamos que no sabemos, que no sentimos, que no pudimos ir, porque el sol no se tapa, nadie ha podido taparlo con un dedo. El asalto a nuestro derecho comunitario  por parte la organización que comanda el "padre" Astutillo (desde ayer miembro Vitalicio, si lleyó bien VITALICIO), no tiene medida ni razón.  El ansia desenfrenada de poder del "padre"  lo ha transtornado definitivamente a Hernán (Cortez) Astudillo, que ahora impuso (a través del voto un directorio ilegitimo desde el vamos) una posicion vitalicia, asi como la del papa o la de Pinochet con su título de senador vitalicio.
Es demasiado triste y lamentable esta situación, para profundifar en este caso, Pancho arce, con enorme ironía e ingenio describió en esta nota parte de la barbaridad jurídica ocurrida en el seno de la iglesia del conquistador Cortez. A leer y enterarse, ah y despues a actuar no?

Pancho arce

 

Al retirarse temprano algunos de la Asamblea General de la Comunidad San Lorenzo, nos iban diciendo a modo de disculpa: ³No hay nada que se pueda hacer, todo esta amarrado². Reflexiono y veo que si hubo algo que se pudo hacer y se hizo: nos tomamos la molestia de ir, pedimos la palabra, cuando nos la negaron, la dejamos escuchar por encima de las amonestaciones de los directores y generamos inquietudes en los demás que de otra manera hubiesen aceptado todo sin apenas entenderlo. Y ahora me siento a escribir este reporteŠ si hay mucho que podemos y debemos hacer para poder aspirar a una comunidad grande, fuerte, unida, influyente en el medio en que estamos. Los que violan y roban siempre les ordenan a sus victimas a callarse, a no llamar la atención de nadie para poder consumar su crimen. Si nada hacemos la gente honrada, los corruptos e hipócritas que son más ambiciosos, se irán haciendo de más poder en perjuicio de la mayoría  hasta cuando realmente será muy difícil cambiar los sistemas injustos porque ya estarán bien consolidados.

 

Ayer, alrededor de las 2:15 de la tarde, se instaló la Asamblea General de la Comunidad San Lorenzo, Presidida porŠ. Una señora que era la única persona que no hablaba ni una ŒJ¹ de español, pero eso si, con un manifiesto desprecio por la comunidad allí representada, y con unos aires dictatoriales que le hacían sombra a los mas tenebrosos dictadores de nuestra más obscura historia. En un momento en que el reclamo de algunos contra el hecho de que los estatutos del Centro, desconocidos hasta entonces para la mayoría, estuviesen solo en ingles, se puso de pie y ofreció una tibia disculpa a un grupo de asambleístas por habérsele pasado por alto el detallito de que la comunidad hispana habla español (???). Varias veces mas volvió a erguirse para a grandes voces, en ingles, hacer callar a algunos de los presentes que trataban de expresar opiniones contrarias a las ya previamente establecidas por ellos. Preguntamos a varios de los presentes que como era posible que una señora tan evidentemente ajena a la comunidad, quien ni siquiera se molesta en intentar hablar nuestro idioma, presida una organización hispana, y nadie pudo explicarnos mas allá de que era amiga intima del cura Hernán Astudillo.

 

Que pena que también aquí los hispanos se consideren tan subdesarrollados que tienen que tener una gringuita para que los domestique; y eso que Astudillo habla bastante de los méritos de los hispanos, pero claro, los méritos de sus feligreses radica en que lo obedezcan mas no en la capacidad para dirigir.

 

            La asamblea se inicio en medio de reclamos de algunas personas a las que no se les autorizaba a participar pese a que han sido colaboradores voluntarios de la Comunidad San Lorenzo por ya bastante tiempo.  Denunciaron indignados que jamás se les dio a conocer que habían requisitos de inscripción y solicitaron infructuosamente que se pida a la Asamblea, la cual en medios democráticos es la que tiene la facultad de hacer enmiendas al procedimiento, que les permita participar. La gringa no encontró razón para tan siquiera poner la propuesta a consideración de la Asamblea y ordenó que se prosiga. También se produjo cierta agitación, cuando la señora SusanaŠ quien dirigía la sesión, prohibió el uso de cámaras y grabadoras, que algunos asistentes portaban con el fin de documentar el evento y las discusiones.

 

            A lo largo de la sesión se insistió en el logro de la Comunidad San Lorenzo de haberle dado ³voz a los sin voz², pero insistieron mas en que un gran numero de asistentes a los que solos el os permitió quedarse como observadores, ³no tenían derecho de hablar². También cuando el abogado Juan Carranza, miembro prominente del directorio expreso dudas sobre el acierto de darle a Hernán Astudillo el titulo de director permanente, como el directorio proponía, la presidenta, en su buen ingles, así como otras señoras del directorio, le aventaron su disgusto por que hablaba mucho.

 

            Como segundo punto del orden del día, se pidió a la Asamblea considerar y aprobar las minutas del acta anterior que databa de Noviembre del 2003, con la única complicación de que nadie sabia nada de las benditas minutas hasta ese momento en que indicaron que era parte de un paquete que les fue entregado al inicio de la sesión. Un miembro cuestiono el punto que hacia referencia a la aprobación de los estatutos (aquellos en ingles), señalando que la Asamblea nunca discutió, peor comprendió y menos aprobó los estatutos. Solo un miembro, aparte de la señora que hablaba ingles (la presidenta), dijo acordarse clarito que en la anterior asamblea de hace ano y medio se aprobaron los estatutos aunque no pudo referirse a ningún detalle del mismo. Los asistentes, incluyendo a casi todos los miembros del directorio, no parecían entender de que estatutos se hablaba.

 

            Entre las observadores a quienes se les impidió hablar se encontraban algunos que daban cuenta de que Hernán Astudillo los había expulsado de la radio; entre esos Rene Melo, Julio Cerén, David Palmer; y otros como Enzo Moreno (radiodifusor comunitario de larga trayectoria) a quienes se los había cerrado las puertas desde el principio.  Contaron que el programa de la comunidad uruguaya había sido clausurado por el cura Astudillo con el pretexto primero de que no presentaron el guión con cuatro días de anticipación para que el lo aprobara, y luego ³porque expresaban ideas políticas². Señalaban que el mismo Astudillo repite discursos políticos en sus misas y que no existe un colectivo para evaluar los contenidos mas que el mismo.

 

            Pero en todo este irregular proceso que decía ser democrático, en el que Astudillo se mando un discursito con graves fallas dialécticas, casi patológicas en su vicio egolátrico, y cuajado de lagrimas Œcocodrilezcas¹, el Teatro de lo Absurdo, la Tragicomedia que puso en escena semi oscuras marionetas y envejecidos monaguillos, el clímax se alcanzo cuando el directorio planteo la designación del fraile Astudillo a director permanente, mientras este disimulaba su orgasmo conventual, traicionado por los músculos maxilares y frotándose las manos por debajo de la mesa. Las ocho señoras del directorio hacían muequitas en desaprobación de Juan Carranza cuando este, haciéndose eco de las opiniones de muchos que expresaban la naturaleza fascista de semejante pretensión, señalaba que tal designación parecía innecesaria y no del todo apropiada en una organización democrática, en una comunidad diversa, y que incluso en el seno del directorio había generado reacciones opuestas. Un asambleísta de participación notoria por lo contradictorio, que oponía criterios apasionadamente para terminar votando en su propia contra, salto de su asiento y en furibundo y destemplado griterío, declaro que Carranza era un conspirador y que el cura Astudillo era un Santo de virginales dotes. En este punto, las señoras del sequito del flamante ŒSanto¹, enardecidas por la algarabía y el olor a incienso que del inefable Hernán emanaba, quisieron tirárselo a los hombros pero se cohibieron. Este, enterrado en sus barbas de mártir del oscurantismo ya ni agradeció ni perdono a nadie sino que continuo manoseándose por debajo de la mesa.

 

            Entonces, ya todos calmados, vino el informe de las finanzas. El auditor, un caballero que parecía honrado aunque muy ingenuo, esgrimía un fardo de papeles y se disponía a presentar su informe estrictamente oralmente. Casi dos anos de cuentas, de viajes, de colectas, de donaciones, de Œgarage sales¹, de festivales, de almuerzos y meriendas, compra de equipos, de VENTA DE PUBLICIDAD RADIAL; para que estos mismos asambleístas que acababan de designar a un miembro vitalicio a pesar de argumentada oposición, de aprobar unas minutas y por extensión unos estatutos que jamás habían ni leído ni entendido, aprueben cientos de cifras sin un papel en la mano,,, ciegamenteŠ ¡OH MY GOD!

 

            Yo propongo que la comunidad no deje que las irregularidades tomen asiento y se consoliden, que no nos resignemos a lo sospechoso. Nada tengo contra las personas sino contra lo malo que hacenŠ nunca he escatimado alabanzas a lo bueno como tampoco he callado mis observaciones aunque sea a mis amigos, para la enmienda de errores y para el bien legitimo de la comunidadŠ yo no aspiro a nada mas que a ello; nadie me ha tachado nada. Yo propongo que los comunicadores sociales salgan de confesionarios y de sacristías y cumplan con su misión de informar y principalmente orientar a la gente. Que mantengamos un ojo atento a las cuentas de Hernán Astudillo y sus comadres; no malentendamos la buena voluntad y bondad con la indiferencia o la cobardía. En lo que a mi respecta, es mejor enojar a un cura que una comunidad.